martes, 25 de agosto de 2015

Capítulo 1

Capítulo 1
Parte 1

Vuelvo a mirar el reloj. Han transcurrido 23 segundos. La caja decía que el negativo necesita al menos tres minutos para que sea confiable y seguro. Confiable y seguro, sí claro. Abro el gran instructivo y comienzo a leer las preguntas frecuentes. Vaya, el alcohol no afecta el resultado de la prueba, no pensé en eso, tomé un par de cervezas el fin de semana: “sin embargo, puede ser peligroso para el bebé” mi estómago se retuerce, ojalá fuera un cólico y no retortijón por nerviosismo. Minuto y medio, bueno ya es suficiente. Mierda, no le he puesto la tapa. Las estúpidas instrucciones “sencillas” detrás de la caja no decían que le volvieras a poner la tapa, bueno, es algo que se da por sentado. Qué estúpida. Google: ¿Qué pasa si no le pongo la tapa a una prueba de embarazo? Historias sobre chicas que quedaron embarazadas, chicas esperando, chicas nerviosa, cierro las páginas. Esos blogs femeninos no sirven para nada. Miro la única raya en la zona de control y suspiro. No estoy embarazada. Cuando estoy a punto de tirar la caja a la basura, unas palabras me llaman la atención: “si el sangrado sigue sin aparecer realizar nuevamente la prueba en cinco o seis días” ¿Qué? No es oficial aún. Dios. ¿Salió negativo porque no le puse la tapa? Necesito tranquilizarme. Respirar. Eso. Está bien. Pienso en llamarle, debería saberlo, deberíamos compartir la preocupación. Al menos un mensaje. “Hola. Tengo tres días de retraso y no tengo ningún síntoma de que vaya a venir pronto”. Quizá debería sufrirlo sola, por confiar en promesas sin sentido. Cierro los ojos un segundo y me veo a mí misma ofreciéndole un condón, diciéndole que espere y lo veo a él con su sonrisa torcida (cliché, ya lo sé) respondiéndome que confíe en él. La verdad es que, ¿Cómo podemos confiar el uno en el otro? Yo tengo novio y en ese momento estaba a punto de tener relaciones sexuales con Aaron Santos el chico más popular, mujeriego y patán de toda la escuela. Ninguno de los dos era una institución de la confianza.
Dejemos a un lado (y celebremos) el hecho de que no estoy embarazada (por el momento, realice la prueba dentro de cinco o seis días) y regresemos al día en que todo comenzó:
Podría empezar esta historia contándoles acerca de mi primer día de clases, como el comité organizó un acantonamiento para darnos la bienvenida y cuando se presentaron las carteras lo vi por primera vez. Era el encargado de las finanzas, alto, pantalones deportivos, el teléfono en la mano, hizo un gesto despectivo que pretendía ser saludo, recorrió el auditorio con la mirada, se bajó del escenario y todas las chicas ya estaban alucinadas por él. La verdad es que siempre consideré que su fama de “el más guapo de la escuela” era más bien inmerecida, era apuesto, es cierto, pero para nada mi tipo. Siempre había preferido a los bajitos, con aire intelectual, justo como mi novio. En ese momento llevábamos seis meses juntos, y seis meses tuvieron que pasar para que Aaron Santos se fijara en mí.




5 comentarios:

  1. Me ha gustado como escribes. Me quedo por aquí para leer otros fragmentos.
    ¡Nos leemos! :)

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  2. Oh, me encanta como has pasado al papel esta historia :3 Estoy esperando continuación, jajaja.
    Besos, Amanda.

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  3. Jo que guay, escribes muy bien de verdad, sigue escribiendo que acabarás llegando a mucha gente.
    Un besoo =D

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  4. Buen día! Gracias por pasarte por mi blog, y me alegro tanto de que te gustara como de que te quedaras! Me ha gustado mucho el principio de tu novela, espero estar al día con ella, además de decirte de que escribes muy bien. Escribes de manera realista a como pensamos las chicas de hoy en día. Espero seguir en contacto, y ya tienes una amiga blogger nueva!

    - sonríe eternamente -

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  5. Hola, muchas gracias por pasarte por mi blog. He comenzado a leer tu novela, madre mía la incertidumbre de no saber si estas embarazada, ya he pasado por eso y se lo que es. Espero que te vaya todo muy bien con tu novela.
    Muchos besos, nos leemos.

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