domingo, 13 de septiembre de 2015

Capítulo 3 ~ Parte 2

¡15 seguidores! ¡Qué emoción! ¡Qué nervios! Muchas gracias por sus comentarios y por leer lo que escribo, esta novela es prácticamente mi vida, mis amigos, los chicos, quizá con unas pinceladas de drama por aquí y por allá. Me encanta compartirla con ustedes. Esta semana estuve con una fuerte infección en la garganta y por eso no pude visitar sus blogs, pero estoy de vuelta. 


Capítulo 3 ~ Parte 2

-No, sólo somos amigos.- Deja de abrazarme.- ¿O no?
-Sí, supongo que sí… por ahora.
Ese por ahora es el que me hace un lío. Mi corazón late muy fuerte. Acaricio su cabello, enredo mis dedos a pesar de que está demasiado corto. Su piel es suave, fresca. Dios, estoy alucinada.
-Si fueras mi novia-dice de pronto- no te dejaría salir con cualquier muchacho, ni que te abrazara.
-Bueno, es que mi novio me tiene mucha confianza
-Quiero besarte.
No tengo respuesta para eso.
-Pero tengo novio
-Y por eso no lo haré, pero no tienes idea de las ganas que tengo de besarte.
Mira su reloj.
-Ya casi tengo que irme.
-Te acompaño a la parada.
-Está bien.
-Oye Aaron, me gustas. –y en cuanto lo digo me doy cuenta de que es verdad, y me arrepiento.
-Dime una cosa, la verdad. ¿Por qué me empezaste a hablar?
Suspiro, la verdad es larga, es dolorosa y penosa. No puedo decirle que quería hacerle un favor a una amiga, que yo lo consideraba apenas un poco más que guapo y que por eso mismo me había ofrecido a hacerlo. Veo sus ojos verdes, siento sus caricias, me desarma.
-La verdad es que una amiga quería hablar contigo, pero no se atrevía. Se llama Mariela.
-¿sólo me hablas para presentarme a tu amiga? A lo mejor debería estar saliendo con ella y no contigo
-no, no es así es sólo que…
-dime la verdad
-es esa, en serio, puedo enseñarte la conversación
-no te creo nada. –se levanta y yo lo sigo hasta donde el autobús se detiene.

Por primera vez en un año y algunos meses de más, alguien me hace dudar de mi relación con Fernando, no es que nunca haya hablado con otros chicos o encontrado a alguien por la calle que me pareciera particularmente guapo, pero jamás había pasado por mi mente volver a ser soltera. Corrí hasta mi casa con un único pensamiento. Aaron Santos y yo éramos muy diferentes, pero podíamos aprender mucho del otro. De pronto, quise ser parte de su vida, conocerlo y que él me conociera a mí.


lunes, 7 de septiembre de 2015

Capítulo 3 ~ Parte 1.

Capítulo 3 ~ Parte 1

Es extraño, ya lo sé, pero en mi cabeza no dejaban de aparecer imágenes mías con Aaron Santos, caminando por la escuela, llevándome flores, intentando de forma exagerada que yo le correspondiera y dejara a mi novio. La respuesta siempre sería no, eso lo daba por sentando. Quería andar por ahí, sonriendo con presunción, presumiendo ser la única chica que escapó de sus garras y de la que se enamoró perdidamente. Qué equivocada estaba.
Sigamos con nuestra historia, aquél día hacía calor, la gente se bañaba en la fuente que está al final de la avenida que lleva el mismo nombre de nuestra ciudad. A través del grupo de personas que me rodeaba lo vi, con la mochila Nike cruzada y la gorra con la visera detrás.
-Hola, ¿ese es tu perro? –me saludó y atravesamos la calle hasta lo que yo llamo el obelisco, es una especie de parque medio abandonado con una estructura blanca que pretende tener un estilo romano.
-Ah, sí, se llama Dalí.
Nos sentamos en unos medios círculos de piedra.
-¿Ya estabas en tu casa? –pregunta
-Sí, por eso tardé un poquito en llegar
-Tardaste un montón
Acaricia de vez en cuando a Dalí y le avienta la pelota.
-Perro estúpido-Suelta.
-Oye, no le digas así.
-Es por Coraje el perro cobarde, la estoy viendo en Netflix
Sonrío porque yo también la he visto ahí.
-Esa caricatura es muy bizarra.
No responde y la voz en mi cabeza, irónica, cree que es porque no entiende lo que significa bizarro.
-¿Qué tal te fue en clase?- le digo intentando hacer plática
-Me fue bien-saca un papel de su mochila y se suena la nariz-estoy enfermo y tengo un montón de mocos
-Pensé que tu voz sonaba así siempre- me río y Aaron se me queda mirando raro. Bueno, basta de bromas y palabras difíciles.
-Estoy cansado, ¿te molesta si me acuesto en tus piernas?
Dudo un momento, me parece una especia de jugada. Hago mi bolsa a un lado y dejo que se recargue. Es como si lo viera por primera vez.
Tiene los ojos de un café muy claro, con una veta verdosa. Las mejillas cubiertas de dulces pecas. El sol le da un tono rojizo a su cabello. No es sólo apuesto o simpático, es guapísimo.
-¿Tu novio sabe que estoy aquí?
-Eh… sí
-¿No te dice nada?
Echa sus brazos para atrás y rodea con ellos mi cintura.
-No, sólo somos amigos.- Deja de abrazarme.- ¿O no?
-Sí, supongo que sí… por ahora. 
Ese por ahora es el que me hace un lío. Mi corazón late muy fuerte. Acaricio su cabello, enredo mis dedos a pesar de que está demasiado corto. Su piel es suave, fresca. Dios, estoy alucinada. 


miércoles, 2 de septiembre de 2015

Capítulo 2 ~ Parte 2

¡Hola chicas! Feliz mitad de semana, no saben lo bonito que es entrar al blog y ver todos sus bonitos comentarios, de verdad que ustedes hacen mis días más fáciles. Acabo de entrar a la escuela y ha sido muuuuuy difícil volver a la persona que inspiró toda esta historia. Sin más, les dejo el siguiente capítulo. Espero sus comentarios. En los siguientes días me pondré al corriente con los comentarios, seguiré visitando blogs y con suerte haré algo bonito para el diseño.

Capítulo 2 Parte 1 Aquí

Capítulo 2 Parte 2

Mis compañeras están a punto de marcharse, cada una toma un pequeño juego de papeles y yo guardo los sobrantes en mi mochila.
-Adivinen quien me acompañó por las copias…-les suelto a mis amigas mientras caminamos a la parada
-¿Qué hiciste?-me pregunta Norma, la única con autoridad moral para reprocharme algo.
-no me digas que… -Sahily deja la frase en el aire y Mariela no tarda ni un segundo en completarla: Aaron Santos, no puede ser.
-¿Y qué te dijo?-  Sahily habla, pero todas quieren saber más, excepto Anaid que se despide con la mano, es nuestra compañera ocasional, siempre enferma o con actividades más importantes que la escuela nos deja colgadas con frecuencia, hemos aprendido (o al menos yo) a prescindir de ella.
-Nada, ya sabes, platicamos un poco.
-No vayas a hacer alguna tontería. –Norma me sonríe pero sé que lo dice en serio, con ella siempre hay que tener cuidado. Es de una ciudad al sur del estado, morena y de cabello al hombro, tiene un vocabulario extenso de groserías que no tiene reparo en utilizar. -¿No quieren ir a mi casa un rato?
La verdad es que me agrada la idea, la  mayoría del tiempo la pasamos ahí, viendo películas de terror o durmiendo entre clase y clase, pero necesito llegar a tiempo para ver a Fernando. Sahily también dice que no y juntas esperamos el camión frente a la escuela.

Tengo una cucharada de sopa en la boca cuando mi teléfono vuelve a vibrar.
Aaron: ¿dónde estás?
Laura: Acabo de llegar a mi casa
Aaron: yo acabo de salir
Laura: Te dije que no entraras, jajaja.
Aaron: Oye
Aaron: Quiero verte
Laura: ¿Quieres que regrese a la escuela?
Aaron: Sí, o si quieres nos vemos en otro lado
Laura: Bueno, camina por el camellón hacia finanzas y yo te alcanzo.
Aaron: No quiero caminar mucho
Laura: Ya voy para allá

Decido sacrificar mi maquillaje para terminar mi sopa y el bistec empanizado que mi abuela cocinó para mí, subo corriendo hasta mi habitación me cuelgo una mochila al hombro, la lleno con bolsas pequeñas de plástico y con una pequeña pelota roja antes de abrirle la puerta a mi perro. Me parece una gran idea llevarlo. Dalí necesita pasear al menos durante media hora para que no enloquezca durante la tarde y pueda dormir plácidamente en mi regazo. Además eso disminuirá la tensión de una cita. Camino rápidamente, es una larga subida hasta la avenida, las piernas me arden y pequeñas gotitas de sudor empiezan a escurrir por mi frente. No hay nada más sexy, sin maquillaje, llena de pelos de perro. Definitivamente voy a arrasar. Es divertido y un tanto irónico porque la semana anterior, cuando quedó de saludarme en la escuela me había esmerado por escoger ropa que me sentara bien, enchinar mis pestañas y darle color a mis labios. ¿Quién no quiere ser vista con el chico más guapo de la escuela? Y no sólo eso, yo me daría el lujo de rechazarlo.


domingo, 30 de agosto de 2015

Capítulo 2 ~ Parte 1

Capítulo 1 parte 1 Aquí
Capítulo 1 parte 2 Aquí


Capítulo 2 parte 1


Mis compañeras hablan acerca de la evaluación del software educativo cuando mi teléfono vibra.
Aaron: Hola
Laura: Hola
Aaron: Te iba a saludar hace rato, pero ibas  con tu novio
Laura: Me hubieras saludado, jaja.
Aaron: Jaja,no.
Laura: ¿Estás en clase?
Aaron: No, hasta la 1:30
Laura: Salgo 1:30
Laura: No vayas a tu clase
Aaron: No puedo faltar, tengo que entregar un trabajo.
Laura: Bueno.
Aaron: Mejor salte de tu clase.
Laura: En realidad, ahora que lo dices tengo que ir a recoger unas copias
Laura: ¿Me acompañas?
Aaron: ¿Vas sola?
Laura: Sí
Aaron: Te veo del otro lado del puente

Mi corazón de un salto. Miro hacia los lados como si de alguna manera las personas a mi alrededor pudieran enterarse de lo que acabo de hacer. El reflejo del monitor apagado me devuelve la mirada, mi cabello está despeinado, mis ojos tienen manchas de rímel, me quito el suéter de mi novio y lo dejo a un lado.
Norma me hace una seña con la cabeza cuando ve que me levanto, Mariela abre los ojos, está recostada en su hombre intentando no dormirse.
-Voy por las copias.
El maestro me deja salir sin problema. Un paso tras otro. Tap. Tap. Tap. El sonido de mis pasos en el pavimento. Sincronizados llegamos al mismo tiempo.
-Hola, lo saludo
-Hola.
Entramos en el pequeño local de las copias e intento arreglarme con el señor, no tengo el dinero completo y espero que me dé al menos la mitad del material.
-Oye, voy por un agua, te espero en la tienda.
-No, ya casi acabo, espera.
Le sonrío y Aaron Santos mira hacia otro lado.
Qué raro es todo con él.
Lo acompaño a la tienda y él carga la mitad de mis copias, incluso se ofrece a ir hasta la biblioteca.
-La chica de las copias. ¿Eres jefa de grupo?
-Sip
-¿y no te molesta ir a sacar tantas copias?
-no es mi actividad favorita, pero alguien tiene que hacerlo.
-yo sé de eso.
-¿eres jefe de grupo?
-no, por el comité.
-ah, es cierto, cartera de recursos financieros.
No responde.
-¿tu novio va aquí? No lo he visto en la escuela
-no, él estudia historia en Humanidades
-Historia, ¿en serio?- Reconozco el tono de burla y prefiero quedarme callada- bueno, es que a mí no me gusta leer ni nada de esas cosas.
-y ¿qué te gusta?
-el futbol americano
Qué suerte, yo de futbol americano no sé nada y él de literatura tampoco.
-¿Vas a estar en el plan vacacional?
La universidad ofrece un curso para niños de entre tres y quince años, como maestros en formación nos dan la oportunidad de practicar durante tres semanas por quinientos pesos.
-Sí, acabo de anotarme de monitora
-¿De qué categoría?
-Ponys
Se detiene y me mira echando la cabeza hacia un lado.
-Yo le doy recreación a los ponys. Debes de tener cuidado porque en esa categoría están Gerardo y Armando, los hijos de los coordinadores.
Eso significa que pasaremos todo el verano juntos. 
-Ah sí, conozco a Gerardo, abrió los regalos en mi cumpleaños.
De nuevo se quedó parado, cómo preguntándose quién soy y si debería fiarse de mí, lamentablemente esa es una pregunta que no puedo responder. Llegamos a la entrada de la biblioteca y me doy la vuelta para despedirme, deja caer las copias pesadamente y después se inclina para darme un beso. Es muy alto y tengo que pararme de puntillas. Estoy a punto de rozar su mejilla cuando se mueve ligeramente y me besa en la comisura de los labios. De un salto me hecho hacía atrás y comienzo a caminar hacia las escaleras.
-¿a dónde vas? –me pregunta el encargado, alzando una ceja
-mi clase es arriba-hablo apresurada, me giro para echarle una última mirada a Aaron Santos y lo veo sonreír, satisfecho, guapísimo.



jueves, 27 de agosto de 2015

Capítulo 1 ~ Parte 2

Quiero agradecerles a todas las chicas que se han tomado la molestia de comentarme y de seguirme. ¡Muchas gracias! No saben lo feliz que me pone entrar al blog y leerlas. Les dejo el link al capítulo 1 Parte 1 Aquí y a una pequeña introducción a la novela Aquí



Capítulo 1
Parte 2

Atravieso la explanada que divide los dos edificios de la universidad. Todavía no amanece completamente y a pesar de que es julio, sopla un aire helado que se cuela por los hoyitos de mi suéter. Se supone que las clases empiezan a las siete, pero ninguno de mis maestros de la primera hora se preocupa por cumplir el horario, han pasado quince minutos y cuando entro al salón apenas hay otras dos chicas. No les hablo, porque desde hace dos semanas nadie me devuelve el saludo. Tampoco es que me importe... demasiado.
Al veinte para las ocho mi maestra da un largo discurso con su voz de pato acerca de las prácticas sociales del lenguaje, hace descripciones interminables acerca de las actividades que lleva a cabo en el preescolar, aunque todas sabemos que no está a cargo de un grupo, aun así habla como si se tratara de una eminencia en el campo de la enseñanza.
Sahily se inclina un poco hacia mí para susurrarme algo:
-Supe que las demás hicieron un grupo en whastapp, sin nosotras.
Parpadea mucho mientras habla, el día anterior le hicieron una prueba en sus pupilas para determinar el aumento de sus anteojos y hoy se encuentra parcialmente ciega.
Se me llenan los ojos de lágrimas. Oficialmente era una marginada. 
Pido permiso para ir al baño y me cubro la mano con la boca para que no se escuchen mis sollozos. No es que me parta el corazón ser rechazada, aunque es cierto que duele, desde el primer día de clases estaba segura de que esas chicas no eran como yo y constantemente extrañaba la preparatoria. Las detestaba y no hay como saber que el sentimiento es recíproco.
-Oye, me esperas eh- Mariela tocó la puerta del baño y luego escuché el seguro.
Jalé la palanca y me enfrente al espejo. Tenía los ojos, la boca y la nariz hinchados, mi maquillaje había desaparecido y tenía el cabello despeinado.
Mi maestra de la siguiente clase entró y se quedó parada mirándome.
-Laura, lo que necesites sabes que estoy aquí.
Le sonreí. Cuando Mariela me preguntó lo que tenía comencé a llorar de nuevo.
-Lo siento mucho, es por mi culpa que a ustedes las rechazan también.
-Oye, tranquila. A mí no me importa, en serio, a mí me gusta ser tu amiga.
-Ustedes sólo han sido buenas conmigo y ahora... es que... yo...
-Ya, no te preocupes.
Y me abrazó.
Intenté calmarme, pero la verdad es que no tenía ganas de regresar al salón, supuse que la maestra no preguntaría por mi ausencia y me dirigí a Hawaii, una parte de la escuela que nadie visitaba. Me senté a escuchar música y llamé a Fernando, le expliqué todo lo que había pasado y se ofreció a ir a verme. Ya estaba más tranquila cuando llegó, me abrazó y me dio su chamarra al ver que el cielo se oscurecía.
-Amor, todo va a estar bien, te lo prometo. –tomó mi mano y me besó dulcemente en la mejilla. Así se comportaba todo el tiempo conmigo, dulce, encantador y comprensivo, el sueño de toda chica.
Las chicas caminaban delante de nosotros, la clase de computación iba a ser en la biblioteca, que por  razones que no llego a comprender no forma parte del campus, hay que salir de la escuela y cruzar unas cuantas calles para llegar a ella, entonces lo vi: Aaron Santos.
Bajaba las escaleras del puente, con la mochila de lado y la gorra detrás. Él también me vio. Torció un  poco su boca y cuando supuse que iba a saludarme vio a mi acompañante.
-Gracias amor, por venir hasta acá conmigo. –le dije antes de despedirme. Íbamos a pasar la tarde juntos así que sólo nos separaríamos por las dos horas que duraba la clase.
-Amor, te amo muchísimo, nunca lo olvides y no quiero volver a verte así. –me besó y sentí una calidez en la boca del estómago que me llenó de tranquilidad.
-¿Viste quién estaba en el puente? –me dice Sahily.
Le pego un manotazo en respuesta.

Mis compañeras hablan acerca de la evaluación del software educativo cuando mi teléfono vibra.
Aaron: Hola



martes, 25 de agosto de 2015

Capítulo 1

Capítulo 1
Parte 1

Vuelvo a mirar el reloj. Han transcurrido 23 segundos. La caja decía que el negativo necesita al menos tres minutos para que sea confiable y seguro. Confiable y seguro, sí claro. Abro el gran instructivo y comienzo a leer las preguntas frecuentes. Vaya, el alcohol no afecta el resultado de la prueba, no pensé en eso, tomé un par de cervezas el fin de semana: “sin embargo, puede ser peligroso para el bebé” mi estómago se retuerce, ojalá fuera un cólico y no retortijón por nerviosismo. Minuto y medio, bueno ya es suficiente. Mierda, no le he puesto la tapa. Las estúpidas instrucciones “sencillas” detrás de la caja no decían que le volvieras a poner la tapa, bueno, es algo que se da por sentado. Qué estúpida. Google: ¿Qué pasa si no le pongo la tapa a una prueba de embarazo? Historias sobre chicas que quedaron embarazadas, chicas esperando, chicas nerviosa, cierro las páginas. Esos blogs femeninos no sirven para nada. Miro la única raya en la zona de control y suspiro. No estoy embarazada. Cuando estoy a punto de tirar la caja a la basura, unas palabras me llaman la atención: “si el sangrado sigue sin aparecer realizar nuevamente la prueba en cinco o seis días” ¿Qué? No es oficial aún. Dios. ¿Salió negativo porque no le puse la tapa? Necesito tranquilizarme. Respirar. Eso. Está bien. Pienso en llamarle, debería saberlo, deberíamos compartir la preocupación. Al menos un mensaje. “Hola. Tengo tres días de retraso y no tengo ningún síntoma de que vaya a venir pronto”. Quizá debería sufrirlo sola, por confiar en promesas sin sentido. Cierro los ojos un segundo y me veo a mí misma ofreciéndole un condón, diciéndole que espere y lo veo a él con su sonrisa torcida (cliché, ya lo sé) respondiéndome que confíe en él. La verdad es que, ¿Cómo podemos confiar el uno en el otro? Yo tengo novio y en ese momento estaba a punto de tener relaciones sexuales con Aaron Santos el chico más popular, mujeriego y patán de toda la escuela. Ninguno de los dos era una institución de la confianza.
Dejemos a un lado (y celebremos) el hecho de que no estoy embarazada (por el momento, realice la prueba dentro de cinco o seis días) y regresemos al día en que todo comenzó:
Podría empezar esta historia contándoles acerca de mi primer día de clases, como el comité organizó un acantonamiento para darnos la bienvenida y cuando se presentaron las carteras lo vi por primera vez. Era el encargado de las finanzas, alto, pantalones deportivos, el teléfono en la mano, hizo un gesto despectivo que pretendía ser saludo, recorrió el auditorio con la mirada, se bajó del escenario y todas las chicas ya estaban alucinadas por él. La verdad es que siempre consideré que su fama de “el más guapo de la escuela” era más bien inmerecida, era apuesto, es cierto, pero para nada mi tipo. Siempre había preferido a los bajitos, con aire intelectual, justo como mi novio. En ese momento llevábamos seis meses juntos, y seis meses tuvieron que pasar para que Aaron Santos se fijara en mí.




Sólo palabras

Bueno, primero que nada tienen que saber que todo lo que he escrito en mis últimas (y escasas) entradas es... más o menos real, tiene su origen en algo que sucedió, pero como escritora me he dado el permiso de aderezarlo con uno que otro adjetivo de más. Estaba intentando sublimar sentimientos y aclarar mi cabeza, una vez que esto sucedió me pareció que el blog no tenía ningún sentido y (a diferencia de mi anterior blog, que está por ahí abandonado) pensé que lo mejor sería borrarlo, pero me sorprendió el recibimiento de dos comentarios. No es tanto, ya lo sé, para mí fue un gran incentivo para recuperar una pasión perdida. Me senté y escribí páginas enteras sobre lo que había vivido y que más adelante será publicado. Todo sucede en una pequeña ciudad de México, algunos nombres fueron cambiados y otros se conservaron (no para mantener en secreto las personalidades que colorean mis relatos, sino para joderlas si es que algún día se llegan a enterar) 
Me enamoré (uf, es una palabra muy grande y bastante exagerada) del chico más popular de mi escuela y esto fue lo que sucedió. Mi pequeña novela corta/ relato /historia/como sea, tiene por nombre Fuckboy, en honor del chico que me inspiró a escribirla. El blog y todo lo demás está en proceso, espero tengan paciencia a mis pocas habilidades informáticas y que éstas se vean compensadas por mi gran estilo de escritura (jajaja).


Con amor, una chica.